MONTERAS PARA UNA ALCALDESA

LA MONTERA DE APÓSTOLES

Segovia contó con una importante industria sombrerera donde según Carlos de Lecea en su libro "Recuerdos de la Antigua Industria Segoviana" de 1897, dice lo siguiente: 

"llegó á contar, mas de ochenta fábricas ó tiendas con sus correspondientes maestros, consiguiente es que, aunque, solo se asigne á cada una de ellas cinco oficiales y dependientes como término medio, habían de exceder de cuatrocientas personas las dedicadas á la manufactura de los sombreros, sin contar las que en aquella misma sazón se ocupaban en la elaboración d en grande escala de aquellos gorros encarnados á que hemos aludido en uno de los anteriores capítulos, y á las monteras de paño y de piel para los labradores y braceros, y las llamadas de los doce apóstoles que usaban las aldeanas, monteras vistosas, especialidad propia entonces de esta tierra (1)."

Toda esta importante industria sombrerera se perdió, pero en www.indumentariatradicionaldesegovia.blogspot.com hemos querido recuperar este antiguo oficio para realizar las Monteras de Doce Apóstoles que lució la segoviana, siguiendo los modelos antiguos de la época.

Decía Gabriel Vergara en sus "Cantares Populares", editados en Madrid en 1912:

"MONTERA DE PAÑO FINO,

PAÑO FINO DE SEGOVIA,

NO TE LA LLEVES AL MOLINO

QUE SE TE ENHARINA TODA"

El 5 de febrero, Festividad de Santa Águeda, la montera se convierte en un símbolo de poder que llevan las Alcaldesas, mujeres casadas que "mandan" e imparten justicia en la población. Son muchas las mujeres que esperan el ostentar dicho título, vestir la rica indumentaria tradicional de Segovia y tocarse con la solemne montera, prenda de difícil adquisición, ya que no existen artesanos que sean fieles a los diseños de la época, así como en la exactitud de los materiales utilizados en su realización.

DESCRIPCIONES Y APUNTES SOBRE LA MONTERA, RECOGIDOS EN ANTIGUOS ESCRITOS, DOCUMENTOS Y PUBLICACIONES QUE GUARDAN GRAN INTERÉS

Isabel de Palencia en su libro "El Traje Regional de España" publicado en 1926 hace referencia a la montera que llevan las mujeres segovianas:

" Las casadas llevan sobre los hombros una toca de encaje blanco, bordado con lentejuelas, uno de cuyos extremos se sujeta a la castaña debajo de la montera.

Ésta tiene la forma de una mitra de obispo cuyas puntas rematan tres borlas de estambre y, debajo una estrella bordada: suele ser el casco de seda labrada negra o terciopelo con galones de plata y en cada lado lleva seis botones de plata, que llaman los Doce Apóstoles."

*

El Semanario Pintoresco Español de 1839 recoge un artículo "Trajes, Usos y Costumbres Provinciales: El Día de Santa Águeda en Zamarramala" donde se describe el traje de Alcaldesa y referente a la montera comenta lo siguiente:

" Se compone de una graciosa montera con dos picos de terciopelo, a guisa de mitra episcopal, cuyas puntas rematan en tres borlas de estambre amarillo y colorado, y debajo de ellas una estrella bordada de lo mismo: el casco de estas monteras suele ser de seda labrada con dos galones de plata cruzados : doce grandes y característicos botones de plata que llaman los doce apóstoles, puestos seis a cada lado, completan el adorno de las monteras: estos doce apóstoles son en figura de un cono truncado con una bolita dorada al extremo, y los ponen cinco de arriba abajo y el otro al lado del inferior: inmediato a los botones hay otro galón de plata y una tirilla de grana con picos, junto a la que bordan varios dibujos con estambre de colores; por debajo del pico de atrás sale el pelo de una trenza ..."

*

"El Acueducto y otras Antigüedades de Segovia" de 1820, por D. Andrés Gómez de Somorrostro, Canónigo de la Santa Iglesia Catedral, lleva a cabo la siguiente descripción:

" ... las sayas gruesas, el jubón ajustado, las camisas bordadas en los puños y cuello: el pelo trenzado y recogido á la espalda, collares de piedras y corales a la garganta, zarcillos en las orejas, una toca blanca en las casadas, que las cubre y sirve al adorno del rostro, y una montera pequeña y airosa en la cabeza, es todo el trage de las aldeanas de la sierra, que suele variar poco en los días en que se adornan mas, y se presentan en reuniones públicas."

Colonias de seda que adornaban los extremos de la gruesa trenza de 8 cabos que salía de la parte posterior del pico de la montera

MONTERAS DECORADAS CON TALCOS

Boceto de recuperación de un diseño antiguo a base de lentejuelas metálicas, oropeles y talcos

  

Decoración de una montera segoviana

Las monteras de Alcaldesa se decoraban en sus picos con bordados de seda, oro, aplicaciones de terciopelo, lentejuelas metálicas y una chapería muy propia de los siglos XVIII y XIX: los talcos.

Estos talcos no son más que finas laminillas de latón coloreadas o no, que tomaban caprichosas formas (pájaros, rosetas, estrellas, hojas, cestos, flores, etc.). Según parece, solían realizarse en los conventos por las propias monjas. Es común encontrarlos en el interior de relicarios, grabados, escapularios, estandartes y diversas prendas de la indumentaria tradicional de ciertas regiones de España.

La montera de la segoviana era una de esas prendas en las que podemos ver este tipo de lentejuelas de otra época que hoy en día han desaparecido. Son muchas las fotografías antiguas donde podemos observar monteras que lucen diferentes tipos de decoración de talcos que abarca desde la gran profusión (cubriendo casi en su totalidad el triángulo), pasando por modelos con diseños muy concretos, o bien, decorando solo el remate del pico.

En la actualidad, este tipo de chapería no existe, ya que las nuevas formas y diseños que hoy en día se llevan a cabo, no tienen nada que ver a los de otras centurias. Esto provoca que este tipo de monteras se pierda y caigan en el olvido, y que por el afán de adornar (de una forma nada apropiada), se empleen otros materiales como lentejuelas de plástico troqueladas e incluso algún tipo de botonadura con strass o elementos metálicos que alteran la prenda, convirtiéndola en una carnavalada que hace que pierda su seña de identidad y su autenticidad.

SEGOVIANAS AÑO 1928

MONTERAS CON TRIÁNGULOS ABIERTOS Y BORLAS

A diferencia de las monteras que estamos acostumbrados a ver, existe otra variante donde los picos de terciopelo no se unen, quedando abiertos. Unas veces se rematan con pompones de torzal de seda, lana o finas hojillas metálicas, pero también existen modelos menos conocidos que presentan borlas, una por pico de terciopelo, o bien, en número de tres (estambres) y estos a la vez pueden estar unidos a los picos o no.

Desde www.indumentariatradicionaldesegovia.blogspot.com se está recuperando este diseño, rescatando diferente material gráfico para su realización.

Fotografía de J. Laurent en 1878 de la comitiva que acudió desde Turégano a la boda de Alfonso XII

La montera de borlas con los picos abiertos es un modelo que ha desaparecido en las prendas de la indumentaria tradicional femenina. Un diseño tan antiguo que lo podemos encontrar y recoger, gracias al diverso material gráfico que ha llegado hasta nuestros días, donde se representa y retrata a la mujer segoviana con este tipo tan característico de montera.

BORDADOS CON ESTAMBRES

Los bonetes de las monteras se llevaban a cabo con sedas y terciopelos labrados. Según algunas descripciones hablan de seda roja, pero hay que entender esa descripción como la de una prenda en concreto que el observador está comentando, no que todas sean iguales. En modelos antiguos que aún se conservan, así como las diferentes fotografías en blanco y negro que dejan intuir la variedad de colores, según las intensidades de grises, se pueden apreciar ricas telas en terciopelo negro con un fondo de raso de color y sedas lisas o labradas que no exclusivamente son en color grana. Algunos modelos, presentan la parte posterior del bonete, justo detrás de los Apóstoles, unos estambres de colores bordados.

Con el interés de recuperar en su autenticidad dichos modelos, se reproducen desde www.indumentariatradicionaldesegovia.blogspot.com estas decoraciones, basados en diseños antiguos que se han podido recoger, manteniendo el dibujo y color propio de estos bordados, enriqueciendo aún más esta bella prenda.

Muestra de bordado de estambres para los laterales del bonete

MONTERA EXCLUSIVAMENTE FEMENINA

Aquí podemos ver un claro ejemplo de una montera femenina que equivocadamente se considera masculina y sirva este documento pictórico para corroborarlo. Todas las características quedan reflejadas en esta pintura donde aparece una mujer tocada con esta misma prenda. Comprobamos que esta esmerada decoración solo era propia de la mujer. Ya diferentes autores hablan de la estrella bordada (siempre en la parte superior), de los estambres bordados y los galones de oro o plata. Además los Apóstoles, ya de por si, caracterizan a la montera usada por la mujer y estos son en forma de botón. Observamos la tirilla de seda deshilachada que adorna el borde del galón, así como la parte trasera de los Apóstoles que a diferencia de los dedales, estos toman forma circular o de botón. Los triángulos no terminan de unirse en sus puntas y se rematan ambos por pompones o borlas.



MUJER DE LOS ALREDEDORES DE VALLADOLID

En el siguiente grabado titulado " Mujer de los alrededores de Valladolid" podemos comprobar como la mujer luce como tocado una montera en la que se distingue, en los laterales, los característicos Apóstoles de las monteras segovianas. Estos elementos decorativos son propios de las monteras segovianas, que se diferencian del resto de monteras femeninas que podemos encontrar en otros puntos de España. En el caso que nos atañe, tenemos que ubicar al personaje como de los alrededores de Valladolid según el título del grabado, algo que podría sorprender si nos limitamos a pensar que existe una barrera divisoria fronteriza entre Valladolid y Segovia, donde una especie de agujero negro permite variar radicalmente las prendas, adornos y diseños de los trajes. Esto ocurre hoy en día en Zamarramala cuando rechazan la indumentaria auténtica diciendo que el traje de Zamarramala es diferente al del resto de Segovia porque es propio de este barrio incorporado a la ciudad.

En realidad, lo que intentan crear es una exlusividad propia, intensificando lo suyo como algo diferente al resto con lo que sentirse identificadas como zamarriegas. Es ilógico pensar que que en los 4 kilómetros que separa la ciudad de Zamarramala, se creen semejantes diferencias (cuando en realidad es una especie de uniformación reciente la que se ha hecho con este traje, no admitiendo ningún cambio y distorsionando el mismo a través de sus almidonadas mantillas y otras toxicidades sufridas en los años en que se impulsó la fiesta con un fin turístico por Jaime Alpens). De todas formas, si leemos a Jose Mª Avrial en su artículo del año 1839 sobre la Fiesta de Santa Águeda en Zamarramala, dice su autor refiriéndose al traje “con poquísimas diferencias, es el de todos los de la provincia de Segovia”.

Esto mismo nos ocurre con el grabado en cuestión que observamos en la parte inferior. Entre Valladolid y Segovia se compartía la zona de la Churrería y las diferencias en cuanto al vestir, no serían tan extremas como sucede en Zamarramala con Segovia.

Hoy son otros tiempos que nada tienen que ver al siglo XIX y hay que pensar que en aquella época no nos encontrabamos un cartel tan separatista donde nos demarcará Valladolid de Segovia que al atravesarlo, cambiará el estilo arquitectónico, textil , etc de una forma tan brusca. Por lo cual, tenemos que entender que existe una probabilidad de que se diera el caso de que apareciera este tipo de prenda en esta zona (habría que hacer un estudio si la mujer que aparece en el grabado tuviera más cercanía a la zona fronteriza con Segovia, si el autor de la obra ha dejado una clara influencia de otros modelos segovianos repitiendo el mismo modelo para representar a la provincia de Valladolid, etc.).

Siempre estos estudios nos pueden sorprender, pues muchas veces se achaca a la imaginación del pintor debido a que al no existir la prenda original con la que poder contrastar el dibujo o lámina, se rechaza completamente y no se acepta otras versiones en cuanto a decoración, color, diseños, etc., pero alguna vez, aparece la pieza en cuestión (como el jubón que ilustra Racinet, García Mencía o Juan D´Ivori) y nos hace comprender como no debemos limitar o poner en entredicho los datos pictóricos que han llegado hasta nosotros. Un claro ejemplo en este caso son los triágulos de color rojo que forman la montera y hay que decir, que el único ejemplar existente, se conserva en la colección privada de L. M.

Dibujo de Blanchard y litografía de Janet Lange 1842-1848

En la siguiente imagen, podemos ver otro grabado de la misma modelo y una curiosa fotografía de unos niños disfrazados de estos personajes que cuidan hasta el mínimo detalle como el peinado que luce la pequeña y la postura de ambos. Es una fotografía hecha en el estudio del fotógrafo Montes en Segovia y nos consta que existe una postal de esta misma imagen de los niños remitida desde Segovia y en cuyo texto comenta la recreación de estos personajes vallisoletanos por estos niños, que sin lugar a dudas, han recogido del dibujo de Blanchard.

REPRODUCCIÓN DE MONTERAS TRADICIONALES

Modelos realizados en sedas, felpillas y lentejuelas metálicas

Los diseños reproducidos en las monteras se basan en modelos antiguos y son bordados en su totalidad a mano, utilizando para ello hebras de seda, felpillas, lentejuelas metálicas, etc.

La calidad artesanal de la prenda se pone de manifiesto tanto por el material utilizado, como por la minuciosa elaboración llevada a cabo, siendo el resultado una pieza exclusiva y única.

EL BIRRIA


Dentro del apartado monteras, hemos recuperado uno de los tocados que lucía el Birria en la provincia de León.

 MONTERA EN ALQUILER

Si necesitas una montera para un día concreto y te ofrecemos la posibilidad de alquilar este modelo